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La Pompa que Ríe, jabones y cremas hechos a mano a base de ingredientes naturales

04/05/2016

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Rocío Mora  | fundadora de La pompa que rie


La necesidad de encontrar productos adecuados para el cuidado de su piel fue lo que llevó a Rocío Mora, azafata de profesión, a poner en marcha su propia iniciativa de cosmética natural en 2012. “Buscaba una hidratación más desde dentro, algo a base de aceite de oliva, mantecas y otros aceites que nos aporta la tierra”, puntualiza.

 

Su línea de productos, que empezó con jabones faciales en pastilla se ha ampliado para ofrecer también “jabones líquidos, bálsamos labiales, una maravillosa mousse facial limpiadora y una línea de velas, todo  con la misma filosofía ecofriendly y slow life” Los jabones no llevan parabenos ni sulfatos y están hechos a mano. “La elaboración de mi línea de productos es 100% handmade y está compuesta por  ingredientes naturales”, recalca Rocío.

 

Desde hace dos meses La Pompa que Ríe ha pasado de vender exclusivamente online a tener tienda propia en Las Rozas (Madrid). “El negocio ya me pedía un sitio para que recibir a los clientes, donde vieran y olieran los productos”. Un crecimiento que no ha contado con el apoyo de inversores. Rocío busca ahora reforzar aspectos como el marketing online, la labor comercial y la publicidad de su iniciativa. “Mi empresa está en un punto en el que si quiero crecer más es necesario el apoyo de inversores”, explica.

 

 

¿Cuándo y cómo nació La Pompa que Ríe?

La Pompa que Ríe nació, por un lado, de la necesidad de encontrar un producto adecuado para mi piel. Azafata de profesión, notaba que mi piel se resecaba mucho en el ambiente del avión y que ningún producto le aportaba hidratación verdadera. Fue así como continuando un poco la tradición familiar de la fabricación del jabón natural (desde muy pequeña veía a mi abuela hacer jabón en su pueblo de Jaén), comencé a elaborarlos con ingredientes específicos para el objetivo que buscaba y así fue como comenzó la andadura y el primer jabón como tal de La Pompa que Ríe. Hoy, cuatro años después de estar en el mundo 2.0, me siento súper orgullosa de haber abierto mi propia tienda física.

 


¿Qué te animó a emprender un proyecto de cosmética natural?       

Buscaba una solución a mis problemas de sequedad de la piel, de falta de hidratación y no encontraba productos en el mercado que reunieran esas propiedades. Todos llevaban elementos químicos y buscaba una hidratación más desde dentro, algo a base de aceite de oliva, mantecas y otros aceites tan maravillosos que nos aporta la tierra.  Al lograr ese producto que me encantó, quise compartirlo con la gente, porque me consta que somos muchos los que tenemos el mismo problema. Fue así como el boca a boca ha hecho de mi proyecto un sueño hecho realidad.

 

¿Contaste con algún tipo de apoyo de inversores?

Nada. Todo esto empezó con un litro de aceite de oliva y un bote de sosa. Cuando recaudé dinero de los primeros jabones compré aceite de coco, luego manteca de karité, aceites esenciales y así sucesivamente.  Esto también sirve para muchos emprendedores con miedo a meterse en proyectos por el dinero. Puedes empezar con muy poco e ir creciendo conforme tienes ingresos. Al menos para comenzar. Sí que es cierto que a día de hoy, si quiero crecer más, necesito invertir en ciertos aspectos de la empresa.

 

Además de la línea de belleza, comercializas más productos.

He creado una propia línea de productos que empezó con jabones en pastilla y que ya cuenta con jabones líquidos, bálsamos labiales, una maravillosa mousse facial limpiadora y una línea de velas. Intento acompañarlo de otros productos con la misma filosofía ecofriendly y slow life. Sin parabenos, sin sulfatos, hecho a mano y con cariño. Además cuento con una ventaja y es que el hecho de ser azafata y viajar me permite ver tendencias de otros países y traerlas a España. Tenemos muchos productos que aquí apenas se comercializan y que son una pasada.  Ahora con la apertura de la tienda hemos incorporado productos de papelería, algo de decoración, personalización de cumpleaños y eventos, etc. Sin olvidar mencionar nuestro gran target, que son los detalles para las bodas, comuniones y bautizos, donde ofrecemos un producto de calidad, exclusivo y 100% personalizado.

 


Aparte de ti ¿qué personas están involucradas en La Pompa que Ríe?

Nada de esto sería posible sin el apoyo de los que están más cerca, familia, amigos… Mi hermana Almudena se encarga de todo el tema del packaging de los productos, por ejemplo. Mis padres con sus ideas y apoyo, al igual que mis amigos, son una gran fuente de apoyo en momentos de flaqueza.

 


¿Cómo es el proceso de fabricación de tus productos? ¿Qué materiales utilizas?

La elaboración de mi línea de productos es 100% handmade y compuesta por  ingredientes naturales.  Para el jabón en pastilla, por ejemplo, utilizamos aceite de oliva en un 60%, aceite de coco, manteca de karité y cera de abejas, entre otros.  Las velas son 100% vegetales, sin parafinas, los bálsamos son de aceite de almendras y manteca de cacao, por ejemplo. Sin duda los ingredientes son buenísimos, por lo que a todo el mundo le viene bien.

 

Aunque hasta poco la venta era exclusivamente online, cuentas ya con tienda física.

Efectivamente, he abierto hace menos de dos meses mi primera tienda. Todo un reto en los tiempos que corren. Pero el negocio ya me lo pedía. Necesitaba un sitio donde trabajar bien, donde recibir a los novios, donde vieran y olieran los productos.  No puedo estar más contenta con el resultado. La tienda gusta mucho, refleja muy bien el espíritu de la marca y huele de muerte.

 

¿Cuál es el valor diferencial de los productos que ofrece la Pompa que Ríe?

Lo primero, que es un producto creado para una necesidad real. Segundo, que realmente buscamos un producto de calidad y bueno.  Y en cuanto a la estética, nos caracterizamos por presentar el producto con dosis extra de amor. Los jabones se empaquetan a mano con especial cuidado, se personaliza todo.  Los novios pueden elegir todo:, el papel, la pegatina, los colgantes…. Los colgantes son una característica única de nuestros jabones.  ¿O es que alguna vez has visto un jabón con un colgante de una Torre Eiffel o una corona de bronce?

 


¿Cuál es el principal valor ambiental de la iniciativa?

La elaboración es totalmente sostenible. Buscamos ingredientes de la naturaleza, huimos de los químicos y sulfatos. Nuestra  filosofía es muy de slow life. Las cosas despacito se hacen mejor.  No fabricamos a nivel industrial, son partidas pequeñas, ya que todo se hace a mano.  Las espumas que  desprenden  nuestros productos no son dañinas para el medio ambiente y eso hay que tenerlo en cuenta, ya que todo acaba en nuestros ríos.

 

¿Cuáles son las principales dificultades a las que te has enfrentado y te enfrentas como emprendedora?

Lo caro que te resulta todo. Ya no solo el hecho de sacar algo adelante: la web, las redes sociales, las declaraciones trimestrales… Como no contaba con dinero para pagar a nadie que me hiciera una página, alguien que llevara las redes sociales o la contabilidad, he desarrollado unas aptitudes de las que yo misma me sorprendo.  A base de necesidad he aprendido a hacer un blog, a llevar mis propias cuentas de redes. Yo misma me hice la web y  llevo la contabilidad. Si externalizas todo eso es mucho dinero al mes, y no siempre vendes tanto como para pagar todo eso y ganar dinero. Por otro lado está el tema de los impuestos y cuotas a la Seguridad Social que hay que pagar. Es muy injusto que si vendes un mes 500 euros tengas que pagar igualmente 250 euros de cuota de autónomos, más luego el 20% de los beneficios. Al final para llevarte un sueldo medio tienes que vender una barbaridad y no todos los meses son siempre buenos.

Por otro lado es mucha tensión el saber que tienes que vender tanto para poder pagar todo, facturas, alquiler, cuotas… Te exige mucho.  Sacrificas horas de sueño, vacaciones, días libres.

 

¿Y las ventajas de haber puesto en marcha tu propio negocio?

Me siento muy motivada y orgullosa de haber creado esto de la nada. El feedback de los clientes es lo mejor.  A la gente le gusta mucho el producto, el trato tan personalizado,  que se nota que es de calidad…   Haces todo a tu medida, a tu gusto, y eso mola.

 

¿Qué aspectos de la iniciativa empresarial crees que deberías reforzar?

Tengo tareas pendientes para las que mi capacidad no da, como el tema del marketing online, más labor comercial, mayor inversión en publicidad.  Y para eso ya hay que invertir.

 

¿Contemplas entonces la posibilidad de contar con el apoyo de inversores?

Por supuesto. De hecho creo que mi empresa está en un punto en el que si quiero crecer más es necesario.

 

¿El emprendimiento verde además de sostenibles es rentable?

Es complicado hacer entender a la gente que el producto que está comprando es más caro porque es mejor, sobre todo de marcas que no son conocidas. Cuando algo es de calidad repercute en el precio y el cliente no siempre está dispuesto a pagar más cuando tiene el mismo producto de primera necesidad en el mercado  mucho más barato. Afortunadamente estamos en una era en la que cada vez son más los que se preocupan de comer bien, hacer ejercicio, cuidarse tanto por dentro como por fuera, y eso es una ventaja para nuestro producto. Cada vez más huimos del made in China. Parece que hemos vuelto a hacer las cosas artesanales. Quizás es una forma de desconexión del ritmo tan alto que tenemos de vivir la vida.

 

¿Qué recomendarías a un emprendedor que quiera poner en marcha una iniciativa empresarial verde?

Si cree en su producto, adelante.  Paciencia, esto es una carrera de fondo. El producto se tiene que probar, que dar a conocer, el boca a boca… Todo lleva un tiempo.  Que estén preparados para todo, para trabajar 48 horas al día, para estar días sin una venta, para momentos de flaqueza de querer dejarlo todo…. Pero que también estén preparados para disfrutar, para sentirse llenos, motivados, realizados, para relacionar todo con su proyecto, para estar con los ojos abiertos a mil experiencias, para mirar la vida desde otra perspectiva. En ellos está elegir.

 

 

 

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